Un hombre que nunca se enfada no puede reírse de verdad

Un hombre que nunca se enfada no puede reírse de verdad Los niños son auténticos; cuando están enfadados lo están de verdad. Saltan, gritan, con la cara completamente roja. Su enfado es auténtico. Es energía en movimiento. Y al instante siguiente, el niño es feliz, todo sonrisa. Esa sonrisa también es auténtica. Todo lo natural …